Lunes, 16 de noviembre, Perú despertó de luto nacional. Sentimientos encontrados, desesperación, llantos, pena y desaliento invadieron a la gran mayoría de los más de 33 millones de habitantes. Dos estudiantes fueron asesinados durante las manifestaciones y protestas que empezaron la semana anterior y que enfrentaron la más dura represión de la Policía Nacional. Miles tomaron las calles luego de que el presidente peruano Martín Vizcarra fuera vacado por el Congreso y un nuevo jefe de Estado, Manuel Merino, juramentara. Las muertes de los jóvenes provocaron posteriormente la renuncia del congresista. 

Tras casi una semana de demostraciones pacíficas en todo el país, los periodistas también fueron blanco. El mismo día en que empezaron las marchas, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) instaló un Observatorio que habilitó líneas de emergencia en WhatsApp. Al cierre de este artículo, se registraron 38 ataques a periodistas. De ellos, 31 identificaron a agentes de la Policía Nacional como los agresores principales.

Foto de protestas en PerúProtestas en Lima, Perú. (Foto: Flor Ruiz)

Al igual que los manifestantes, fueron víctimas de gases lacrimógenos y proyectiles.


TESTIMONIOS DESDE LA PRIMERA LÍNEA

El jueves 12 de noviembre, personal médico extrajo un proyectil tipo canica similar a la que usan los niños para jugar, cerca de la zona lumbar del fotoperiodista Alonso Chero Uceda.

“Me encontraba cubriendo incidencias de la marcha, estaba registrando manifestaciones, enfrentamientos. Hubo un momento en que pasé entre las calles Inambari y Leticia... al pasar, siento un impacto”, dijo Chero, quien trabaja para el grupo El Comercio, a LatAm Journalism Review (LJR).

Cuando finalmente llegó a una clínica, un proyectil le fue extraído.

“Los únicos que estaban a mi espalda en ese momento, eran los agentes policiales, sólo ellos han podido ser. Tengo tres puntos de sutura en la espalda, me han dado descanso médico de siete días, y tengo un tratamiento para controlar cualquier tipo de infección”, dijo.

La camisa de Alonso CheroLa camisa de Alonso Chero. (Foto: Cortesía)

Los residuos de perdigón incrustados, se detectaron en la zona lateral izquierda, a pocos centímetros de su columna. El fotoperiodista manifiesta que, según los médicos, si ese objeto reventaba en su cuerpo, le hubiera generado daños mayores e irreversibles. Posterior a este hecho, en declaraciones para un noticiero, Chero denuncia ser víctima de amedrentamiento posterior a que informara el disparo de perdigón y se vieran fotos de la incrustación y herida. Hasta en cinco oportunidades, agentes de la policía, identificados y sin identificar vestidos de civil, han ido a su domicilio preguntando por el proyectil extraído y solicitando que se lo entreguen. Su caso ha pasado al Ministerio Público para las respectivas investigaciones.

El fotoperiodista César Campos Medina, del Grupo El Comercio, también dijo a LJR haber que fue agredido y amedrentado por policías.

“He cubierto cinco días las marchas. El martes, estaba en la plaza San Martín, dirigiéndome a un tumulto de gente que era dispersada por bombas lacrimógenas. Mientras avanzaba de un lado lateral, un policía me dice, avanza, y a la vez, me patea la pierna izquierda. Cuando ya se retiraba, me insulta, le digo, me quedo aquí, soy de prensa. Nunca me pidió mi credencial, no la tenía colgada, se me había roto, la tenía conmigo”, dijo Campos.

La policía lo llevó a la fuerza donde su superior, quien dijo que lo ayudaría.

“Las veces que son conflictos, en protestas, lo tomo con mucha precaución. Los primeros días de las manifestaciones, los fotógrafos de medios, hemos sido más propensos a que nos agredan. Yo empecé en prensa hace ocho años, es la primera vez que me he sentido agredido de esta manera. Los fotógrafos siempre nos afectamos por esta labor, por la presión de la policía, nos ven como sus enemigos”, declaró.

Una agresión similar sufrió Renzo Salazar, fotoperiodista.

“El lunes, mientras los manifestantes iban de la plaza San Martín al Congreso, subo a una berma, viene un policía y me dice ‘bájese’, ‘pero por qué’ le digo, y me jala de la mochila, en la espalda, como para que pierda el equilibrio”, dijo Salazar a LJR.
“Volteo, saco la mano, le digo ‘soy de prensa’, se lo repito, entonces me tumba, caigo al piso, allí los policías que estaban alrededor me jalan de cada brazo y cada pierna, me llevan así echado”.

De acuerdo con el periodista, la policía le quitó la mascarilla y él empezó a tomar fotos con su mano izquierda.

“Me tumbaron, cinco de ellos me jalonean, y un fotógrafo se mete a interceder, yo hago fuerza con un pie cuando me jalaban, para que me dejen; pude seguir caminando, me aseguro de tener mi equipo fotográfico, y ven que les hago fotos”, dijo.
“Actúan sin criterio, por inercia. Tienen un mal control de la situación, reprimen a todos y no diferencian que nosotros trabajamos, nos agreden, no hay marcha que no les digamos que estamos trabajando”, dijo. “He visto cómo han disparado a gente identificada, las agresiones de los policías son más graves que antes, no es nuevo esto. Le he perdido la fe a la policía”.

En declaraciones vía telefónica, el videoreportero Orian Sánchez, de televisión TvMar, en la ciudad de Puerto Maldonado, región Madre de Dios, dijo que un proyectil de gas lacrimógeno rozó su rostro.

“Me encontraba en la plaza, haciendo un enlace con el canal. Era una manifestación pacífica, donde inicialmente eran unas 30 personas, habían más de 50 policías, era desproporcionado, no había necesidad el extremo de violencia visto”, dijo a LJR. “A un ciudadano lo cogieron con violencia, lo tiraron al suelo, lo arrastraron en la calle, lo golpearon, lo enmarrocaron. La policía se llevó a personas detenidas que protestaban en paz, lanzaron bombas lacrimógenas disparadas por 3 policías al inicio. Hubo un disparo, yo sentí allí mi cara con sangre, tres segundos se me quiso ir el conocimiento, luego recuperé la estabilidad”.

Aunque dijo haber estado a un lado de la calle, lejos de la policía y los manifestantes, él sintió un disparo en la cara.

“Salí corriendo, le pedí ayuda a un policía motorizado, me la negó. Ahora me pregunto, si esto me pasó por recibir el rebote de una lacrimógena en la cara, como me dijeron tres testigos, que hubiera sucedido si recibía directo el impacto: o me matan, o me fracturo el maxilar”, preguntó. “Para mí, fue un impacto dirigido, calculado, intencionado. No estaba solo, éramos unos 10 periodistas. Después de hora y media del impacto, recién llegó el coronel, me dijo, ‘oh qué te hicieron’, le dice a un mayor que me lleven a curarme. No me cubrieron ningún gasto. Desde ese día, he tenido dolores de cabeza, esa misma noche vomité 3 veces. Sigo con dolores de cabeza, tomo antibióticos para el dolor”, narra consternado e impotente.

Sánchez, venezolano, viene de cubrir manifestaciones en su país, donde la policía tiene un accionar desproporcionado ante las manifestaciones y se señala a la prensa como agitadores. Por ello, recalca indignado que esta semana ha visto la violencia desmedida de la policía, que hubo exceso de la fuerza y no hubo necesidad del nivel de represión con la población en la ciudad de la selva peruana. El caso de Sánchez y de otro periodista en Puerto Maldonado, también ha sido denunciado por la ANP.

Protestas en Lima, PerúLas protestas después de la juramentación de Manuel Merino. (Foto: Flor Ruiz)

En paralelo a las agresiones sufridas por los periodistas, un gran número de estudiantes de comunicación visual, periodismo o afines, han estado cubriendo activamente las protestas. Han publicado sus fotografías y videos registrados en las protestas, como parte de medios independientes, redes sociales o colectivos que buscan visibilizar y transparentar la intervención de jóvenes en temas de derechos humanos.

Luis Javier Maguiña, 22 años, estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), fue uno de ellos.

“El jueves que fui a registrar fotos, me cayó una bola grande en la pierna, no fue un perdigón chico, no se me introdujo al muslo menos mal, pero hasta ahora mi pierna está morada”, dijo a LJR.
“Yo soy un activista, busco hacer fotografías para crear conciencia de lo que pasa. Quiero que se busque transparentar, investigar, que mis imágenes aporten para denunciar las agresiones a los derechos humanos. Sé que hay fotos duras de registrar, no pienso ganar premios, veo esas son las fotos que ganan, las que muestran a la gente quemada, no quiero eso. He salido todos los días a tomar fotografías durante esta semana de represión”.


Defensores de la prensa denuncian ataques

A nivel internacional y nacional, diversas instituciones condenaron la represión durante la semana convulsionada.

La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), manifestó su ”extrema preocupación por el uso excesivo de la fuerza policial contra manifestantes y periodistas, así como por las detenciones en el marco de las protestas en Perú”. También recordó gobierno peruano que brinde a los periodistas la mayor protección posible para que puedan realizar su trabajo libremente y mantener a la sociedad informada.

El Sistema de las Naciones Unidas (ONU) en el Perú, difundió su preocupación por el actuar de las fuerzas del orden en las manifestaciones pacíficas, donde manifestantes y periodistas habían resultado heridos, así como el registro de violaciones de derechos de jóvenes manifestantes detenidos. Recordó que el estado peruano ha ratificado diversos instrumentos de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Instó a “llevar a cabo una investigación independiente, imparcial y oportuna de los hechos ocurridos y, de ser el caso, reparar a las víctimas y sancionar a los responsables”.

Protestas contra Manuel Merino en Lima, Perú Protestas contra Manuel Merino en Lima, Perú. (Foto: Flor Ruiz)

El jueves 12 de noviembre, la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), condenó las agresiones a periodistas que resultaron heridos, entre ellos, la del fotógrafo Ernesto Benavides de la agencia internacional de noticias Agence France Press (AFP), quien sufrió impactos de proyectiles. La APEP demandó investigaciones e instó a respetar la labor periodística.

El lunes 16 de noviembre, en conferencia de prensa vía zoom, el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), ANP, el medio digital Ojo Público y la Asociación de Fotoperiodistas del Perú (AFPP) intercambiaron un balance de las agresiones a profesionales de la prensa durante las protestas.

El IPYS destacó la labor de la prensa en el país y la importancia de la libertad de prensa, pues durante las manifestaciones de la semana pasada se ha registrado la información de forma veraz, transparente, y desde el lugar de los hechos ha sido difundida en redes sociales y medios de prensa. IPYS señaló que a pesar de que se difundió en los medios las agresiones policiales dirigidas a periodistas, se evidencia que hay un sector oscuro que quiere que la prensa no informe.

Ojo Público señaló el caso del fotoperiodista Alonso Balbuena, quien fue víctima de una brutal agresión tras recibir por parte de un efectivo policial el disparo de una bomba lacrimógena a pocos metros de distancia, causándole una grave herida en la pierna derecha --exposición de tejido muscular, de tejido óseo, pérdida de tejido blando, pérdida de tejido necrótico. Le han extraído músculo ya muerto. Destacaron que no se trata de satanizar a la policía, pero sí de demostrar su accionar.

La Policía Nacional dijo en un comunicado de prensa del 14 de noviembre que ellos “garantizan el derecho a la protesta de los ciudadanos y hacen un llamado a que las manifestaciones se realicen de forma pacífica y ordenada”. Indicaron que la policía “solo hará uso necesario de la fuerza en casos estrictamente necesarios”.


Agresiones contra la prensa que no deben quedar impunes

A primera hora del lunes 16 de noviembre, mientras la población aún no se recuperaba del asesinato de Inti Sotelo y Bryan Pintado, los jóvenes de la “generación bicentenario”, que provocó la continuación de las protestas y la renuncia del que fuera presidente de facto por menos de una semana, la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, informó que abrió una investigación preliminar en contra del expresidente, Manuel Merino de Lama, el exprimer ministro, Ántero Flórez Aráoz, y el titular del Interior, Gastón Rodríguez Limo, por los presuntos delitos de abuso de autoridad y homicidio doloso de los dos jóvenes.

Diversos medios de prensa destacaron la responsabilidad civil, penal y administrativa sobre dicho expresidente, exministros y la Policía Nacional.

En horas de la tarde, el nuevo presidente del Congreso y del gobierno de transición hasta las elecciones generales de abril de 2021, Francisco Sagasti, en su discurso de asunción del cargo, precisó que a los dos jóvenes nadie les va a devolver la vida y se solidarizó con las manifestaciones y las protestas masivas pacíficas de la juventud. Hasta en dos oportunidades pidió perdón a título personal por los lamentables hechos. También se solidarizó con los periodistas, para quienes solicitará se hagan las investigaciones pertinentes por las agresiones que sufrieron, pues el trabajo de la prensa ha revelado la represión de la que fue blanco.


(Publicado originalmente en: https://latamjournalismreview.org/)